Cuando elegís ValuarSalud, contarás con un plan de cuidados en casa pensado para asistir a toda la familia en alcanzar sus metas de calidad de vida. Este plan se ajustará a las necesidades particulares, tomando en cuenta sus opiniones. Una vez definido el horario, un CUIDADOR llegará puntualmente en el día o semana acordado para ofrecer una atención personalizada y con empatía.

El cuidado en el hogar es un servicio proporcionado por ValuarSalud que envía a un cuidador profesional al hogar designado por el paciente o su familia para asistir en actividades diarias, como el aseo personal, la movilidad, la toma de medicamentos y el ejercicio. Ofrece planes de cuidado personalizados, enfocados en las necesidades individuales. Este servicio ayuda a las personas a conservar su independencia y dignidad mientras envejecen o se recuperan de problemas de salud. Además, proporciona la compañía esencial para evitar la soledad y el aislamiento.

Un cuidador profesional puede asistir a personas mayores, adolescentes, niños, adultos o quienes padecen enfermedades crónicas en la realización de actividades cotidianas, como el aseo personal, vestirse y tareas del hogar, facilitando una vida diaria más sencilla y segura. Los cuidadores ofrecen tranquilidad a toda la familia al proporcionar un cuidado que alivia la sensación de que cuidar es 'una carga'. Además, un cuidador de ValuarSalud disfrutará compartiendo momentos, participando en actividades como rompecabezas, manualidades y escuchando música.

Cualquiera que necesite apoyo para mantenerse saludable y seguro en su hogar puede aprovechar la atención domiciliaria. Si una condición de salud crónica dificulta realizar tareas como caminar, abotonarse una camisa o bañarse, la atención en casa puede ser de gran ayuda para conservar la independencia y disfrutar de un estilo de vida activo.

Sus padres u otros seres queridos pueden beneficiarse de la atención domiciliaria si presentan alguno de estos indicios: • Descenso en la higiene personal. • Sentimiento de tristeza por la soledad. • Pérdida de interés en cocinar. • Diagnóstico de Alzheimer u otra forma de demencia. • Olvido de pagar las cuentas. • Olvido de tomar la medicación. • Necesidad de ayuda para levantarse o sentarse en sillas o sofás. • Caídas frecuentes. • Movilidad reducida. • Habilidades de conducción deterioradas. • Enfermedad crónica, como la artritis, que dificulta tareas como abrir frascos o abotonarse una camisa.